Una copia de la única fotografía que existe de Narcisa de Jesús Martillo y un pedazo de silicio que ella usaba para flagelarse buscando redimirse de los pecados, forman parte de los recuerdos que tiene Catalina Martillo Plúas, sobrina nieta de la santa, en su casa.

En la sala conserva estas reliquias de quien será elevada a los altares por el papa Benedicto XVI, en una ceremonia litúrgica y eucarística que se celebrará el próximo 12 de octubre en la plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano.

Junto con esos objetos tiene además dos fotografías enmarcadas que las cuida como un tesoro: la de su padre, Daniel Martillo, y la de su hermano Miguel Martillo Ronquillo. “Ellos lucharon por traer el cuerpo de Narcisa de Jesús desde Lima hasta Guayaquil”, refiere con nostalgia Catalina Martillo, de 79 años.

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Ella tenía 26 años cuando su hermano mayor, Miguel Martillo, trajo el cuerpo de la santa a Guayaquil el 30 de abril de 1955. Catalina Martillo recuerda el sueño que tuvo días antes sobre ese hecho.

“Había soñado que mi hermano me llamaba para decirme que ya traía el cuerpo de Narcisa”, rememora. Ella vivía en Guale, cerca de Paján, en Manabí, y su sorpresa fue grande cuando una mañana le dijeron que debía acercarse al telégrafo (en los años cincuenta  no había teléfonos en las zonas rurales) para una llamada de su hermano, desde Perú.

“Me puse nerviosa y por eso le pedí a otro hermano que contestara. Él le dijo que vaya a Guayaquil y que busque un lugar donde pueda quedarse Narcisita”, indica.

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Catalina dice que no creía que iba a pasar aquello. “Cuando mi hermano viajó por primera vez a Lima, las autoridades y las religiosas dominicas del beaterio (donde murió Narcisa de Jesús en 1869) le dijeron que los trámites iban a demorar, pero no se desanimó, volvió y por milagro se resolvió rápido”, relata.

Miguel Martillo había cumplido la aspiración de su padre, Daniel Martillo Acuña, quien fue hijo de uno de los hermanos de Narcisa de Jesús: Francisco Martillo Morán.

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Sueño del abuelo
“Mi abuelo había soñado que Narcisa de Jesús le pedía que la llevaran de vuelta a su tierra”, cuenta Fátima Pino Martillo, hija de Carlota Martillo.

Ahora que será santa, los Martillo Plúas, Pino Martillo y demás familiares directos de Narcisa de Jesús ven con alegría  que tendrán una santa.

“Es un ejemplo que todos debemos seguir”, refiere Catalina Martillo, quien en su juventud se dedicó a visitar los hogares donde solo convivían las parejas, pero no estaban unidas por el matrimonio eclesiástico.

De la canonización de Narcisa de Jesús se enteraron en marzo pasado a través de los medios. Catalina Martillo sí viajará a Roma, donde se unirán otros descendientes que residen en el exterior, mientras que el resto prepara una peregrinación a Nobol para vivir este acontecimiento católico.

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TEXTUAL: Lo que dijo

Catalina Martillo Plúas
sobrina nieta de la santa

“Es una alegría para la familia saber que tendremos una santa. Ella fue un ejemplo de entrega a Dios”.