En primer lugar está el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot (PSC), que llega al 56,4%; seguido por el ex mandatario Lucio Gutiérrez (SP), con el 19,5%.
Paulina Recalde, directora de Perfiles, señala que esa percepción  demuestra que la Iglesia ha abusado de la religiosidad.

“Desde el pronunciamiento de la jerarquía de la Iglesia se dio la pauta para que se tomen posiciones respecto a una moral. Como consecuencia de ello es que temas que no había estado con fuerza en el debate ahora son el eje de la campaña por el No”, dice Recalde.

 La Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) ha manifestado su desacuerdo con puntos “no negociables” como el aborto, la unión entre personas del mismo sexo, el estatismo y la restricción de las libertades.

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La estrategia del clero se ha basado en la  convocatorias a plantones en plazas y misas campales para pedirle a Dios que permita a los fieles “tomar decisiones correctas”, reuniones de catequesis y el reparto de hojas volantes en templos.

Tales actividades han sido cuestionadas por el Primer mandatario, Rafael Correa, quien ha manifestado que la cúpula de la Iglesia  “ha manipulado  la religión”.

El sacerdote jesuita Fernando Barredo sostiene que “es normal que algunas personas exageren en mostrar su religiosidad, pero tanto los que están por el Sí como los que están por el No, no son movidos por ella sino por distintos modos de valorar el proyecto”.

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Agrega que en su pronunciamiento, los obispos dejaron en segundo plano temas como el aborto y la sexualidad, mientras que resaltaron el estatismo, “que no es un motivo estrictamente religioso, sino de derechos humanos”.

Mauricio Moreno, secretario de la Cámara de Obispos Anglicanos, opina que la Iglesia católica se ha “inmiscuido en donde no debió (la política)”, abusando de su espacio social.

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“Está haciendo campaña por el No ante una Constitución que le quita sus privilegios”, dice el prelado, cuya comunidad respalda el Sí.