Ellos están integrados a la Uniapac, Unión Internacional Cristiana de  Dirigentes de Empresas, de la cual es miembro la local Asociación Cristiana de Empresarios (ACE), como otras agrupaciones de 25 países.

Durante la última década han estado profundizando doctrinariamente y difundiendo con el ejemplo la Responsabilidad Social Empresarial, para promover una economía respetuosa de la humanidad, que considere al ser humano como su principal centro de atención y que convierta al lugar de trabajo en hogar de la justicia, humanidad y fraternidad.

Sostienen que al transformar la forma como se conducen las empresas, de modo que la economía sirva a la humanidad, el resultado es el éxito, en beneficio general.

Recalcan que la responsabilidad empresarial implica no solamente una buena relación con la humanidad sino también con la naturaleza, lo que resulta obvio.

Especialmente me llamó la atención el énfasis que ponen en recordar la forma cómo Dios ama a cada ser humano, poniéndose a su servicio, como quedó demostrado en el actuar de Jesús.

Para recalcarlo recuerdan, en el folleto que han impreso y distribuido, La rentabilidad de los valores: “Todos tenemos talentos y dones; sin embargo, no están destinados a dominar a otros, sino a servir a otros”.

Para abonar al interés que debe tener usted en el tema, resumo los conceptos fundamentales de la Responsabilidad Social Empresarial:

-Es una forma de gestión surgida del compromiso personal, moral, consciente y congruente del empresario y de los miembros que integran la empresa; basada en la ética social propuesta por la Iglesia católica.

-Su fin es cumplir íntegramente con los objetivos internos y externos de la empresa, considerando las expectativas de todos los sectores y grupos de interés involucrados en diferentes aspectos: económico, social, humano y ambiental.

-Debe lograr el desarrollo sustentable de la empresa y de la sociedad, demostrando el respeto a la dignidad de las personas, a las comunidades y al medio ambiente, coadyuvando así a la construcción del bien común con justicia social.

Ese bien común puede alcanzarse gracias al trabajo bien organizado, a sus prácticas de investigación, su capacidad para detectar y satisfacer necesidades, su valentía para arriesgar inversiones, la creación estable de fuentes de empleo y cadenas de valor agregado que amplíen la capacidad de generar riquezas y distribuirlas.

La Uniapac afirma que si se pone en práctica tan ambicioso programa de acción, el respeto y la promoción de los derechos humanos encuentra su plena concreción; más allá de las declaraciones líricas, me permito añadir.

Es particularmente satisfactorio, para mí, conocer los logros de los integrantes de ACE al practicar la DSI y que la vivencia de los valores es rentable para sus empresas.

¿Le atrae esa forma rentable de hacer empresa?

¿Sería tan amable en darme su opinión?