Lo de pelucones ya no bastó, pues todo el mundo sabe que son pocos. La división debe ser más profunda, así que se utiliza ahora el tema regional. Pero cuando sea necesario, más tarde, se dirá también que es entre católicos y no católicos, periodistas y público (como ya se insinuó) o entre gobiernistas leales e infiltrados. El objetivo es paulatinamente ir consolidando un poder, para que luego nadie pueda reclamar por nada, aun si suben de precio el pan, los fideos y los celulares.

Así que defendamos el honor de la bandera de Guayaquil, pero al hacerlo defendamos también la bandera del Ecuador, que no la han quemado físicamente todavía, pero que la han comenzado a hacer jirones con el odio entre grupos y regiones de la Patria.