La situación preocupa, es crítica, desesperante. La proliferación de mosquitos mantiene intranquilos a cientos de habitantes de Las Orquídeas, Los Vergeles y Mucho Lote.

Los moradores de estos asentamientos, del norte de la ciudad, dicen alarmados que a diario no solo soportan ataques de los insectos sino que desestiman las acciones que toman las autoridades para diezmarlos.

Dudan que la fumigación domiciliaria que a veces ejecuta el Servicio Nacional de Control de Enfermedades Transmitidas por Vectores Artrópodos (SNEM) o el Municipio de Guayaquil sea lo más efectivo para controlar la “plaga”.

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Aseguran que los mosquitos se reproducen en las zanjas que atraviesan estos sectores y que la mayor parte del año permanecen con agua estancada y maleza y basura por montones. Otros vecinos dicen que los vectores son tantos, que hasta los “llevan en peso”.

“Queremos soluciones definitivas. Cuando fumigan o limpian las zanjas parece que nos dan una pastillita para el momento, porque el alivio solo dura unos días”, expresa Gina Cevallos, residente de la manzana 33 de la cdla. Las Orquídeas, en clara alusión al canal de drenaje, al pie de su domicilio, que fue limpiado por maquinaria de Interagua a inicios de este mes.

Cevallos, con 18 años en el sector, y su vecino Isaac Ortiz, con 6, creen que la construcción de ductos cajones contrarrestaría el problema, pues impediría el crecimiento de maleza y frenaría el mal hábito de ciertos vecinos que arrojan basura en los canales, explican.

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La “invasión” de mosquitos  empieza al caer la noche. Por eso, habitantes de Los Vergeles solicitan que las jornadas de fumigación se cumplan pasadas las 18:00.

Ahí es cuando los mosquitos salen de las zanjas y entre la maleza forman nubes negras, comenta una moradora de la manzana 1352, quien prefiere la reserva de su nombre.

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Las zanjas en este sector se ven llenas de maleza y acumulan agua pestilente. El panorama es similar en la zanja que divide Las Orquídeas con Mucho Lote, donde el mal olor se siente hasta cuatro cuadras del lugar.

La contaminación con basura también es común. Mientras que en otros sumideros es posible observar organismos moviéndose en el agua.

Estos factores, generados por falta de limpieza periódica, repercuten en la proliferación de mosquitos y multiplica el riesgo de contraer enfermedades como dengue y paludismo.

La población utiliza repelentes, fumigan sus casas, duermen con toldos, se encierran en sus viviendas y hasta queman basura al anochecer con el propósito de que el humo ahuyente a los insectos. Los pocos caminantes “andan brincando”, porque los mosquitos les pican piernas y brazos.

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Aníbal Barrera, vecino de la manzana 2400 de Mucho Lote, tercera etapa, selló con mallas metálicas puertas y ventanas de su domicilio. Pese a la precaución, Soledad Cisneros, su esposa, enfermó de dengue clásico hace dos meses. Aquel fue el diagnóstico que emitió el especialista que la atendió en el dispensario de Aprofe en la cdla. Sauces 2. Luego de cuatro días, Cisneros se recuperó del mal.

Los residentes reconocen el trabajo de limpieza de zanjas que cumple Interagua durante el invierno y la fumigación del SNEM y Municipio, pero insisten en “soluciones definitivas”.

DETALLES: Problemática

Plan invernal
La concesionaria Interagua iniciará oficialmente su plan preinvernal de limpieza de zanjas y canales de drenaje en tres semanas, aunque personal de la entidad retira, desde inicios de mes, maleza de dos canales en el norte de la urbe, en Las Orquídeas y bloque 10 de Bastión Popular, considerados los de mayor longitud (800 metros) y profundidad (10 metros).

Para la operación se utiliza una retroexcavadora.