En un camino bordeado de una enorme wiphala (especie de poncho o chal), sostenido por ecuatorianos y bolivianos, el presidente Rafael Correa fue recibido la tarde de ayer por los migrantes.
Unas 300 personas lo esperaron. Luego de entonar el Himno Nacional, Juan Carlos Sánchez, segundo secretario de la Embajada de Ecuador, cedió la palabra a Correa, quien hizo un recuento de cómo llegó a Carondelet y resumió la situación política y económica del país.
Correa habló sobre las obras realizadas en su primer semestre de Gobierno y la importancia de la Asamblea Constituyente para el desarrollo.
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Ratificó el proyecto de la creación de la quinta región constituida por los migrantes. “Queremos considerar el Gobierno como el Gobierno de los migrantes y para ello hemos creado la Secretaría Nacional del Migrante”, agregó. Correa dijo que esta se encargará de regularizar “la situación de nuestros emigrantes para que puedan regresar cuantas veces sean necesarias a su patria y volver a sus lugares de residencia”.
Explicó el proyecto de retorno; el Banco del Migrante permitiría hacer transferencias a Ecuador sin costo y daría al ecuatoriano en el exterior una historia financiera que le permita acceder a un préstamo cuando regrese.
La comunidad manifestó su preocupación por la falta de regularización en este país. Correa dijo que no podía cambiar leyes belgas, pero dialoga para que la Embajada de Bélgica se instale de nuevo en el país.