Con todos esto adjetivos despectivos ¿podríamos decir que esta palabra es un halago?, no señor Presidente, usted se volvió a equivocar y no es que aquí en Guayaquil horroroso signifique otra cosa y en Quito otra.

Horroroso significa lo mismo aquí, en España, en México, etcétera.  Expresarse así de una persona en público, a la que no se conoce, es una grave falta de respeto.

Alfredo Baquerizo Neira,
Guayaquil

Publicidad

Si hubiéramos nacido hace algunos siglos nuestras formas voluptuosas estarían de moda, desde que la modelo Twiggy se impuso con sus medidas de alambre dejamos de estar  in,  pero eso no nos importa. Igual lucimos el último grito de la moda, y nuestros rollitos bamboleantes enloquecen cuando vamos por la calle.

Qué bueno que nos consideren horrorosas, cuando somos mujeres estudiosas, valientes, luchadoras, que seguimos un ideal y que siempre estaremos atrás de la verdad. No somos maleducadas, somos sinceras; no somos agazapadas, no somos imprudentes ni de lengua suelta. Solo somos mujeres directas que quieren respuestas claras, que tomamos nuestro trabajo en serio, que no nos basta como respuesta una sonrisa. Los machistas  no están acostumbrados a este tipo de mujeres, las evitan. Quizás somos mujeres que los incomodamos porque no nos deleitamos con su simpatía ni su prepotencia, porque eso no nos demuestra su inteligencia.

Marcela Yépez Intriago,
doctora, Guayaquil