Evaluación. Se aspira a obtener un diagnóstico médico de los reclusos.

En dos semanas, brigadas médicas del Ministerio de Salud Pública recorrerán los centros de rehabilitación social  donde se concentra el mayor número de internos en Quito y Guayaquil, con la finalidad de brindar atención médica.

Estas visitas forman parte de un programa integral denominado Cárceles saludables. Un plan piloto se presentó en el Centro de Rehabilitación de Guaranda, hace quince días.

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La directora nacional de Salud, Nancy Vásconez, explica que estas visitas tendrán como objeto realizar un diagnóstico de la situación de salud en los centros y determinar sus necesidades, tanto en insumos como en medicamentos. Se hará un estudio del modelo de atención de cada centro y se apoyarán los planes existentes.

No obstante, para evaluar este sistema aún no se definen los montos económicos que se usarán ni el personal que participará en los programas.

Vásconez aclara que con los salubristas se abrirán fichas médicas de cada interno. Además, se prevé  implementar exámenes de laboratorio y atención médica.

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El apoyo en este campo es indispensable, apunta Elena Tulcanaza, médica del  penal García Moreno.

En este centro se atienden ocho pabellones con un total de 1.104 internos que llegan –incluso– desde las provincias.

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Los principales problemas sanitarios que se registran son la tuberculosis y siete casos de VIH-sida. También se presentan problemas de gastroenteritis y dermatológicos.

En tanto, en un espacio reducido de cuatro plantas, al ingreso de este centro, hay un área de rehabilitación física, psiquiatría, laboratorio, odontología, donde doce médicos brindan atención primaria (solo emergencias).

Si los casos comprometen órganos vitales o la vida del paciente se llama al 911, debido a que no disponen de médicos por la noche.

Apenas un guía ronda por las habitaciones deterioradas de los internos que se recuperan de sus males.

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La médica sugiere como medida que se contemple dentro de la emergencia carcelaria la creación de un policlínico para atender adecuadamente a los internos.

Campaña de VIH
El italiano Giusseppe Ciccolo. de 58 años. llegó hace tres al país. Fue detenido cuando se descubrió que dentro de su maleta portaba droga.

Él convive con el VIH desde que se contagió con una jeringa que a su vez  compartía con amigos. Su rostro lleno de arrugas y sin afeitar, su cabello largo y negro dan pistas del suplicio y dolor que lleva dentro.
En su escaso español admite que en el  penal lo tratan  “más o menos”, pues la comida es mala y por ello dice que preferiría regresar a su país.

El tratamiento, que está entre los 200 dólares al mes, se costea con el aporte de los hospitales públicos regentados por el Ministerio de Salud.

El interno colombiano Fernando Alcívar, quien participó en las charlas sobre VIH en la Cárcel 1, considera que este tipo de conversatorio es necesario para concienciar sobre este mal. Según él, existe descuido al momento de tener relaciones sexuales, pues no se miden las consecuencias con las enfermedades venéreas.

La Dirección de Rehabilitación Social firmó un convenio de prevención de VIH-sida con el Ministerio de Salud, Gobierno y el Fondo Global en enero del 2005, para capacitar a los internos con charlas explicativas y a través de videos, afiches y pancartas. En los conversatorios se enseña el uso de preservativos. “Debido a la presión de los internos extranjeros hacia el Gobierno, se logró que los tratamientos médicos sobre VIH que se realizan en los hospitales públicos también los beneficien a ellos en forma gratuita, al igual que los nacionales”, sostiene Tulcanaza.

Agrega que la campaña tiene previsto extenderse hasta el 2.010, para disminuir la incidencia del sida en los centros penitenciarios.

También se difunden charlas de prevención de drogas, que se suman a las terapias psicológicas grupales.

Para la rehabilitación de drogas existe una clínica de conducta que funciona dentro de la cárcel de varones Quito, número 1, creada hace diez años, el interno debe hacer una solicitud de ingreso y acudir a una entrevista con el psicólogo. Luego, el interno se somete a un proceso de desintoxicación.

DETALLES: Estadísticas

Enfermedades
Un informe médico de la Dirección Nacional de Rehabilitación Social establece que entre las enfermedades más comunes en las cárceles están las  infectocontagiosas, gripales, faringitis, amigdalitis y las gastrointestinales (úlceras, gastritis y parasitosis).

Trastornos
Entre los problemas neurológicos están cefaleas (dolor de cabeza) con el 40%, depresión, que llega al 15%, la epilepsia 10% y traumas craneales en el 8%.