Cada dos o tres minutos un afiliado se acerca a la  ventanilla 21 de la matriz del IESS. Algunos buscan información y otros averiguan cómo va su trámite de la cesantía.

Wagner Granja, luego de dos meses de trámite, tiene ya una idea clara: por 24 años de trabajo como profesor de una escuela recibirá $ 207 de cesantía. Tras la dolarización, su fondo acumulado se transformó y “ahora recibo una migaja”.

Raquel Cárdenas, funcionaria del IESS, cuenta que diariamente recibe unas 70 consultas sobre el tema. En muchos casos solo les pide que lean los requisitos que constan en una hoja de papel bond pegada sobre el vidrio de su estación de trabajo.

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El documento indica que para acceder a la cesantía son necesarias 60 imposiciones (cinco años de aportes) y por lo menos tres meses de desempleo.

Marco Lasluisa, quien perdió su trabajo de guardia de seguridad hace seis meses, se siente molesto pues dejó su documentación el 15 de mayo pasado en la misma ventanilla. Ahí le pidieron que regresara en diez días. Ya ha acudido dos veces y en esta última ocasión le dieron un nuevo plazo: “Venga a fin de mes”. Aún no sabe cuánto recibirá.
Mientras tanto, “el estómago no espera”, comenta.

Al mismo sitio acudió Ramiro Landeta, quien tramita los fondos de su sobrino fallecido en mayo del 2006. Ha pasado un año y, tras varios trámites, está a punto de obtener el dinero.

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Problemas.
La mora patronal, casos de homónimos y fallas en el sistema son los inconvenientes más frecuentes que enfrentan los afiliados durante el trámite para reclamar sus fondos de cesantía en el Seguro Social.