Por la coincidencia de los procesos de Viadvi y de Technomobile, y porque ambas tienen sus accionistas en Panamá, se le preguntó a Baldoni si estas empresas tienen relación. “No sé, honestamente, ni tampoco me interesa; en el proceso se cumplió con el estándar de Telecsa y me siento tranquilo”, dijo.

En términos generales, se trata de un acuerdo de compra-venta de 100 mil teléfonos Silver FWT-400 a $ 140 cada uno, lo que da $ 14 millones.

Se incluye un cronograma de entrega de aparatos, pero para los pagos solo cuentan dos pedidos de 50.000: el uno el 5 de septiembre y el otro “a más tardar el 28 de septiembre”. Para pagar se pacta que al hacerlos, Telecsa debe abonar el 70% del costo, a los quince días un 15% adicional y el 15% restante contraentrega.

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Como los dos pedidos fueron con menos de un mes de diferencia, Technomobile debía recibir el 85% del total, es decir
$ 11,9 millones hasta el 13 de octubre, cuando todavía no habría podido cumplir la primera entrega de 5.000 aparatos, señalada recién para el 23 de octubre (Ver gráfico elaborado sobre lo que dice el contrato pues no se conocen fechas de pago ni de entregas entre Telecsa y Technomobile).

Algo muy poco usual en un contrato de compraventa de un monto tan elevado, más aún cuando se lo hace con una empresa creada apenas nueve meses antes, destacaron abogados consultados por este Diario.

Pero el 20 de noviembre, después de que se iniciaron las investigaciones en la Fiscalía del Guayas y en la Contraloría General del Estado, Julio García Torres, a nombre de Telecsa, firma un adéndum al contrato, cuyo principal cambio es terminar de pagar los $ 14 millones, antes de la última entrega de 30.000 teléfonos (Ver gráfico).

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Los juristas también destacaron otros puntos. Telecsa se compromete a pagar casi por adelantado el 85% del valor con fechas específicas, a cambio, Technomobile le dará “una póliza de seguro por el buen uso del anticipo”, por un plazo de 120 días. No se indica cuándo.

Para montos de millones, la práctica empresarial privada no es trabajar con pólizas de seguros sino con garantías bancarias de cobro inmediato.

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El valor de $ 140 incluye una serie de servicios, control de inventarios, etiquetado, programación del aparato, etc. A esto se añaden otros adicionales, con costo específico que no se aplica siempre. Así, la entrega del teléfono desde la bodega hasta el cliente final por $ 2,85; la recuperación de un equipo en Guayaquil $ 1 y la entrega adicional de un equipo a un punto de venta $ 1. El monto total del contrato solo se sabrá cuando ya se hayan vendido todos los aparatos a los usuarios.

En lo que respecta a incumplimientos, las condiciones son laxas para Technomobile. Por ejemplo, se habla de multas bastante altas por retraso en las entregas, pero solo se considerará el atraso cuando se “haya registrado la falta total de dicho producto durante uno o más días”. Es decir, que si entrega un teléfono, no importa si se atrasa con los 19.999 restantes.

De existir un incumplimiento, Telecsa le dará a Technomobile “un tiempo razonable para que proceda a cumplir dicha obligación”. ¿Un tiempo razonable es un mes?, ¿un año?

Tampoco está explícita la garantía de los aparatos (se dice que será por un año) sino que se permite que el vendedor la negocie posteriormente ni se incluye el nombre del fabricante de los teléfonos. Algo que nadie recuerda y que precisamente es una de las observaciones de un informe de la Escuela Politécnica del Litoral.

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