Cho Seung-Hui, estudiante de origen surcoreano de 23 años de edad, mató a 32 estudiantes y profesores antes de suicidarse.
Luego de observar el viernes un día de duelo nacional, ayer se realizaron ceremonias funerarias en todo el país, entre ellas un solemne homenaje en la catedral de Washington.
Pero en el campus de Virginia Tech todos se interrogan cómo un estudiante conocido por sus tendencias suicidas, el acoso a estudiantes y sus escritos macabros pudo hacerse de armas tan fácilmente.
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El drama relanzó el debate sobre el control de las armas de fuego en Estados Unidos pero, aunque el presidente George W. Bush ordenó el viernes que su gobierno le remita “recomendaciones” para evitar una nueva tragedia, no ha hablado de control de armas.
Bush, apoyado en sus dos campañas presidenciales por el poderoso lobby a favor de las armas, respalda el derecho a portarlas que garantiza la Constitución.
Virginia es uno de los estados más laxos en venta de armas y la mayoría de los pobladores de la región rural donde se encuentra la universidad sostiene que el portarlas es un derecho que se debe mantener.