Opciones.  Las jornadas laborales y de estudio distancian, por ello hay que aprovechar la hora de la comida y el fin de semana.

Jugar juntos, planificar  un paseo familiar o simplemente mantener una conversación amena  fortalecen los lazos  afectivos entre  padres e hijos, según psicólogos consultados.

Al hablar de este tema, resulta inevitable para los especialistas establecer una diferencia entre  calidad y cantidad de tiempo, como plantea Andrea Garibaldi, una psicóloga experta en terapia familiar.

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Ella recomienda a los padres  darles un tiempo de calidad a sus hijos, espacio que no necesariamente representa muchas horas en el día sino momentos de una cercanía estrecha entre ambos. “Tenemos que estar allí realmente y preocuparnos por ellos para que sepan que les estamos dedicando tiempo solo a ellos”, recalca.

En época de clases en que los niños y sus padres se ven por la noche luego de sus jornadas diarias, Garibaldi aconseja a la familia reunirse para cenar y aprovechar la sobremesa.

Es en ese tiempo en que la familia puede compartir  experiencias vividas durante el día, explica la especialista.

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Mientras, Illich Verduga, psicólogo clínico, recuerda a los padres que pasar tiempo con los hijos  no es mirar la televisión junto a ellos o ir al cine, uno de los errores más comunes en las familias. “Tienen que hacer algo donde el padre pueda comunicarse, que puedan tener una conversación cotidiana y de la temática que le interesa al niño”, señala.

Verduga aconseja a los padres propiciar un momento especial con salidas o conversaciones en el dormitorio de su hijo durante la  semana.

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El especialista recuerda que  la etapa más importante de acercamiento familiar  se da desde la primera hasta la tercera infancia, es decir hasta los 12 años.  “En la adolescencia hay una crisis incluso de valores, los chicos no desean andar con sus padres. En el periodo de reencuentro, que es en la juventud, los chicos quieren compartir con ellos siempre que haya un canal abierto desde su infancia”, explica.

Su colega Samuel Merlano refiere que una buena oportunidad para intercambiar experiencias con los hijos se da a través de los juegos de inteligencia, por lo que recomienda armar un rompecabezas o participar juntos en juegos de conocimientos.

Compartir este tipo de actividades con los hijos puede lograr   la empatía en la comunicación, el desarrollo de la creatividad y encontrar espacios para compartir e intercambiar ideas, finaliza Merlano.

Los especialistas recomiendan para el fin de semana la práctica de un deporte que sea elegido por el niño.

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Si el menor no gusta de este tipo de actividades, puede optar por una artística que deba desarrollar con sus padres, como el baile, la música, entre otras. Hacer las tareas de la casa juntos puede ayudar a crear un ambiente de cercanía entre la familia, asegura Verduga.

Valores y habilidades.  Según Andrea Garibaldi, la actividad física promueve en los niños el desarrollo de habilidades sociales y valores como el respeto, la tolerancia, solidaridad.

Diálogo.  La conversación debe ser horizontal, refiere Illich Verduga. “Si el niño es más grande se debe hacer un análisis de problemáticas con un espíritu de diálogo, no de imposición”.

 Paseos.  Los paseos familiares dan mayor apertura afectiva y de comunicación. “Lo que más recuerda el niño son las experiencias vividas con sus padres”, expresa Samuel Merlano.