En la polvorienta plaza de la comunidad se reunieron más de 400 indígenas para bañar con agua helada los desnudos cuerpos de las dos mujeres y después azotarlas con ramas de ortiga.

“Se les dio su castigo porque habían cobrado para hacer el trabajo”, dijo el jueves pasado un morador de la comunidad. Ahora ellos no quieren hablar más sobre ese hecho, dicen que el indígena embrujado murió y con él también lo ocurrido.

Uno de sus hijos expresó que solo se aplicó un castigo porque los estafaron, pero que no fueron solo ellos, sino toda la población.