La tasa de nacimientos dobles en la ciudad es de uno por cada 100. Luis Hidalgo, director de la maternidad Enrique C. Sotomayor, la más grande de la ciudad, indica que la tasa en el mundo es uno de cada 80 o 120 embarazos y que Ecuador está en ese promedio.

En el 2005, de los 33.135 nacimientos que hubo en la maternidad, 316 fueron gemelares. En lo que va del 2006 ha habido 249 de los 24.484 partos registrados.

El miércoles hubo uno. Verónica Solórzano, una primeriza de 19 años, trajo al mundo a gemelas que aún no tienen nombre. Son idénticas y tienen la piel  blanca.

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El caso de los mellizos Richardson, en el que uno nació moreno y el otro blanco, se da una vez en  un millón de partos y ocurre porque el embarazo de su madre fue dicigótico (unión de dos óvulos y dos espermatozoides).

Hidalgo explica que la mujer durante su periodo de ovulación pudo haber liberado dos óvulos (normalmente libera uno) y ambos fueron fecundados de manera independiente. Aquí los niños se desarrollan en dos placentas diferentes y tienen un aporte genético diferente, por eso –incluso– pueden ser de distinto sexo.

El genetista Xavier Landívar coincide con él. Señala que en el caso de embarazos dicigóticos (o comúnmente llamados de mellizos), los niños no son idénticos porque cada uno es una combinación genética de sus padres. “Hay millones de combinaciones posibles entre información genética del padre y la madre. En este caso (el de los niños de Reino Unido), a un niño le jugaron los genes de la madre, que era morena, y al otro los del padre”, indica.

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En el país, señala, es menos frecuente que ocurra un caso similar porque no hay esa combinación de etnias. 

La genetista Lety Mussio agrega que en el color de la piel intervienen múltiples genes, por eso pueden adoptar los de la madre o del padre. 

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Pero no es la única opción en el caso de un embarazo de mellizos. Puede ocurrir que una mujer libere dos óvulos y tenga relaciones sexuales con más de un hombre el mismo día. En este caso los óvulos pueden ser fecundados por dos espermatozoides diferentes y formar un embrión con características de cada padre.

Cuando se trata de niños idénticos, como el caso de Verónica, el embarazo se denomina monocigótico porque del mismo óvulo y espermatozoide fecundado se forman dos células con la misma información genética.