Ayer fue un domingo diferente en la parroquia Pascuales. Los locales de la avenida principal lucieron casi vacíos. La oferta era la misma de siempre: fritada, pero faltaba el ‘toque’ principal: la clásica cerveza, cuya venta está prohibida hasta las 12h00 de hoy.
Comúnmente la fiesta se prende alrededor de este típico plato, mas ayer los votantes prefirieron comer cualquier alimento rápido al salir del recinto electoral e irse para sus casas. Ni música en alto volumen ni juergas con amigos hasta altas horas de la noche. Los turistas de otros sectores tampoco acudieron a esta parroquia a deleitarse con la comida porcina.
Y es que comer fritada con cola, agua o jugo no es lo mismo, según Pedro Luzuriaga, dueño del negocio Bienvenido a Casa Blanca, en la avenida principal.
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