Están aprobados   62.300’000.000 de dólares para tareas de rescate y regeneración en la zona devastada.

Tras la tragedia humana originada por el paso del huracán Katrina por Nueva Orleans se empieza ya a debatir si la ciudad deberá ser reconstruida o abandonada, ante el elevadísimo costo de recuperación.

Los sitios históricos de Nueva Orleans: el Barrio Francés, principal atracción turística, y el distrito Garden, con lujosas mansiones coloniales anteriores a la Guerra Civil, a orillas del Mississippi, fueron poco afectados por las inundaciones y pueden ser salvados.

Pero el resto de la ciudad en su mayoría con casas de madera, irrecuperables, sería limpiado para la construcción de terraplenes, para que las futuras construcciones se salven de las catástrofes naturales.

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Nueva Orleans, fundada por los franceses en 1718, es una de las ciudades más cargadas de historia para EE.UU., pero víctima de una geografía que la hace muy vulnerable a los embates de la naturaleza por su caprichosa ubicación, bajo el nivel del mar, entre la desembocadura del río Mississippi y el lago Pontchartrain.

 Unas 160.000 viviendas, sumergidas hasta el techo, no se recuperarán, y barrios enteros deben ser totalmente reconstruidos, admitió Mike McDaniel, secretario  del Departamento de Calidad Ambiental de Luisiana, lo que dejaría a más de 500.000 personas sin hogar.

Los especialistas sugieren refundar la ciudad para evitar que la tragedia se repita.

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Klaus Jacob, geofísico de la Universidad de Columbia, en Nueva York,  dijo el martes pasado al diario The Washington Post que “es preciso iniciar la desconstrucción planificada de Nueva Orleans, decidiendo lo que puede y debe ser preservado o reconstruido”.

Jacob subraya que la subida del nivel del mar por el cambio climático, entre 30 cm y un metro antes del fin del siglo, aumentará la amenaza y ningún dique protegerá a la ciudad de otro ciclón.

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Para Jimmy Reiss, autoridad de transporte de Nueva Orleans, es una oportunidad inesperada para cambiar la dinámica de una de las ciudades más pobres de EE.UU., con barrios enteramente nuevos.

Pero el líder de la Cámara de Representantes, el republicano Dennis Hastert, encendió  la polémica al afirmar que “no tiene sentido” gastar miles de millones de dólares en reconstruir una ciudad que está bajo el nivel del mar, lo que provocó indignación en Luisiana.

“Desplazar la ciudad, claramente, es una opción”, estimó John Copenhaver, que dirigió las operaciones de socorro en 1999 luego del huracán Floyd.

“Debemos preguntarnos hasta qué punto es necesario reconstruir  Nueva Orleans, por las condiciones difíciles en que se encuentra”, admitió John Rennie, editor de la revista Scientific American.

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David Schulz, urbanista de la universidad Northwestern, estima que “hay una oportunidad de reconstruir esta ciudad tan pobre y miserable y desarrollar una economía del siglo XXI en la nueva ciudad”.

El presidente de EE.UU., George W. Bush, prometió ayer que “la gran ciudad de Nueva Orleans renacerá”, que “honrará la memoria de aquellos que perdimos, confortaremos a las  víctimas de Katrina, y haremos la costa del Golfo más vibrante que nunca”.