Conocida la noticia del fallecimiento del delantero de El Nacional y de la selección local, Otilino Tenorio, el ambiente en su domicilio, ubicado en la cooperativa Veintinueve de Junio colindante con la ciudadela La Atarazana, fue de tristeza y nadie de la familia quiso hablar.

La víspera de la celebración del Día de la Madre se llenó de tristeza para la familia Tenorio Bastidas.

“Mi hijo no está muerto”, gritaba inconsolable Fanny Bastidas, madre del goleador, mientras amigos y familiares trataban de confortarla.

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Ella se enteró de la noticia recién a las 13h00, cuando se encontraba en la vivienda de su sobrina Victoria Gómez, en el Guasmo Sur.

“Un amigo acudió a mi casa y nos dijo que había escuchado la noticia por la televisión”, expresó Victoria.

Mientras, Ana Ortega y Carlos Hidalgo Elinan, padres del jugador Carlos Hidalgo, consternados, también lamentaron el suceso.

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“Él era como un hermano, me ayudó para estar en Emelec y en El Nacional”, expresó William Ordóñez, amigo. Mientras Freddy Tenorio, hermano del jugador militar, con voz entrecortada manifestó que “todos debemos ser fuertes por mi madre. Dios sabe donde lo tiene”.

Poco a poco a la vivienda del jugador llegaban amigos y vecinos en espera de la confirmación de la hora en que sería trasladado su cadáver. Al lugar también acudieron el presidente de Emelec, Jorge Arosemena, y Richard Borja.

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Amigos de la familia del deportista colocaron anoche banderas de Emelec y de Ecuador a la entrada de la casa, en señal de luto.