El recientemente inaugurado Parlamento somalí eligió hoy a Abdullahi Yusuf Ahmed como jefe de Estado de la República de Somalia, una nación que busca recuperar la normalidad después de arrastrar trece años de anarquía y caos.
 
Yusuf Ahmed, presidente de la región seminautónoma de Puntland, en el noroeste del país, logró 189 votos en la tercera vuelta de la elección, mientras el otro candidato, el académico y ex embajador somalí en Estados Unidos Abdullahi Ahmed Addow, obtuvo 79 votos.
 
Dos votos resultaron nulos y hubo cinco diputados ausentes.
 
El cuerpo legislativo, inaugurado el pasado agosto, está formado por 275 diputados y en él están representados los clanes somalíes más importantes, así como los principales "señores de la guerra".
 
La elección se desarrolló en un estadio deportivo de las afueras de Nairobi, porque la falta de seguridad y garantías en Somalía impedían hacerlo allí.
 
El presidente electo y futuro jefe de Estado somalí tomará posesión una vez que jure su cargo, en una ceremonia que se celebrará próximamente.
 
El elegido, del clan Darod, es considerado un hombre con gusto por el poder y mano dura, y que se ha enfrentado abiertamente con la vecina Somalilandia, autoproclamada república independiente en 1991 pero nunca reconocida internacionalmente.
 
Un informe de la organización Novib (Oxfam Holanda) señala que el el último enfrentamiento entre fuerzas de Somalilandia y de Puntland se produjo hace sólo unas semanas, el 22 de septiembre, cerca de una ciudad reivindicada por ambos bandos.
 
El presidente electo también mantiene tensas relaciones con los "señores de la guerra" que controlan la capital, Mogadiscio, pertenecientes al clan Hawiya.
 
Yusuf Ahmed fue general en el ejército del depuesto Mohammed Siad Barré y participó en un fallido intento de golpe de Estado en 1977, tras lo cual huyó a Etiopía.
 
Volvió a Somalia tras la caída del régimen de Siad Barré, en 1991, y desde 1998 es presidente de la región noreste.
 
Un total de 26 candidatos se presentaban a la elección. Veinte fueron descartados en la primera vuelta y tres más que pasaron a la segunda pero con escasos votos renunciaron a sus candidaturas.
 
En la segunda vuelta, Yusuf Ahmed logró 147 votos, muy por delante de los otros dos candidatos: Abdullahi Ahmed Addow, que obtuvo 83 votos, y el "señor de la guerra" Mohammed Qanyare Afrah, que tuvo 38.
 
El reglamento establecía la realización de una tercera vuelta con sólo dos aspirantes, por lo que ésta se llevó a cabo pese a las escasas dudas de que Yusuf se alzaría con el triunfo.
 
Antes del inicio de la votaciones, todos los candidatos se comprometieron públicamente a aceptar los resultados de la votación aunque no salieran elegidos y a cooperar con el futuro gobierno.
 
También comprometía a los "señores de la guerra" a entregar sus armas.
 
El nuevo presidente deberá nombrar a un primer ministro, encargado a su vez de formar gobierno, y tras cinco años de mandato de transición, deberá realizarse un referéndum sobre una nueva Constitución y elecciones democráticas.
 
Gobierno y Parlamento funcionarán durante unas semanas desde Nairobi, y está previsto que se trasladen a la capital somalí, Mogadiscio, una vez la seguridad lo permita.
 
El proceso de paz que se inició en Kenia en octubre de 2002 se encamina así hacia su conclusión, de la que deben salir una Constitución e instituciones legislativas y ejecutivas reconocidas por todos que den estabilidad a Somalia.
 
Desde el derrocamiento en 1991 de Siad Barré, Somalia ha vivido inmerso en enfrentamientos entre "señores de la guerra", que dividieron el territorio en parcelas controladas por sus respectivas milicias.