El incidente en que murió José Antonio Blacio (sargento de la Comisión de Tránsito del Guayas) y resultó herido el cabo Gustavo Narváez, no fue un intento de robo. Así lo explicó ayer Bolívar Cárdenas, jefe de la Policía Judicial del Guayas (PJ-G).

Cárdenas aseguró que aún se manejan varias hipótesis sobre lo ocurrido la madrugada del domingo pasado en la Av. Nicolás Lapentti (principal de Durán), pero el robo no está entre ellas.

Varios testigos del crimen fueron interrogados, y se busca la camioneta Chevrolet Luv roja en que supuestamente huyeron los asesinos.

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Blacio fue encontrado muerto en el interior del patrullero 075 a las 04h50, junto a su compañero Narváez. Según el reporte policial, en las manos del cadáver se encontró dos billetes de un dólar.

Aunque estable, Gustavo Narváez permanece bajo observación en la sala de terapia intensiva de la clínica Guayaquil, según manifestó ayer su esposa, Bertha Panta.

Panta mostró su preocupación por lo ocurrido y aseguró que, hasta ahora, todos los gastos del hospital han sido cubiertos por la CTG.

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La mujer indicó que su esposo, de 37 años, ha trabajado 16 en la CTG. “Siento mucho temor de que le vuelva a pasar algo similar, pero de su trabajo vivimos. Desgraciadamente yo no tengo empleo y tenemos tres hijas”, lamentó.

Los cabos José López y Henry Mindiolaza, quienes acudieron ayer a la clínica, dijeron sentir temor por lo ocurrido.

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“Sabemos que nuestros superiores están analizando la situación, y esperamos que se tome alguna medida, porque corremos riesgo”, aseguró Mindiolaza.

Concordaron en que cualquier control rutinario implica riesgos, y consideran necesario que todos los vigilantes porten arma. Además de Blacio, dos miembros de la CTG murieron en abril de este año en circunstancias violentas.