En el país, los hogares endeudados deben destinar alrededor del 30% de sus ingresos mensuales al pago a los bancos acreedores.

Con un ingreso mensual de 653,4 (según el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos, INEC) y cuotas promedio de 195, el monto para el resto de gastos es mínimo.

Es el caso de Eulalia Pantoja, quien debe pagar al banco 146 dólares mensuales (en 18 cuotas), cuando sus ingresos bordean los 500. “Me dieron un préstamo de 2.000 para ampliar mi negocio”, dice, refiriéndose al servicio de comida que da en una de las plantaciones florícolas de Cayambe.

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Los 354 restantes los distribuye entre el arriendo, pago de servicios y alimentación familiar. Para los sectores con mayores recursos, las cuotas que pagan a los bancos, si bien implican reducir una pequeña parte de ingresos, “a la larga terminan resultando caras”.

Fabián Alvear, profesional en informática, que trabaja en una importadora de Quito, recuerda que sacó un préstamo bancario por 2.000 dólares a 18 meses plazo. “Pagué 158 mensuales, con lo que terminé pagando 2.844. Ahora hay que endeudarse pero solo para ciertas cosas indispensables. Para electrodomésticos, por ejemplo, es mejor ahorrar y comprar al contado”, agrega.