Fuimos media docena los testigos, del trato soez y hasta patán, del conductor de un bus de transporte urbano, contra un indefenso anciano que pretendía abordar la unidad cuando esta estaba detenida ante el semáforo.

El anciano golpeó insistentemente la puerta del bus, pero el conductor no le hizo caso, y más bien contestó con ciertos ademanes obscenos.

Fui entonces a la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG) a poner la denuncia.

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Al jefe de la oficina le pedí que me reuniera en su despacho con ese chofer; quería darle la oportunidad de defenderse mirándome a los ojos, pero no lo aceptó la autoridad. ¿Por qué no tengo ese derecho? Quisiera saber si mi denuncia no cayó en saco roto.

Ciertos vendedores, malos ciudadanos, no pintan letreros para indicar el valor de los productos que expenden; si las autoridades los obligaran a hacerlo, entonces se frenaría la especulación. Dan sinnúmero de motivos para quejarse y no exhibir los precios.

Ing. Arturo Ramírez de Lucca
Guayaquil
 

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