La sonda norteamericana Voyager 1, lanzada al espacio hace 25 años, alcanzó las fronteras heladas del Sistema Solar, donde encontró una masiva onda de choque, señalaron este miércoles científicos estadounidenses.
"Cuando se lanzaron las misiones Voyager en 1977, nunca hubiéramos pensado que instrumentos desarrollados hace más de 30 años podrían un día explorar los confines del Sistema Solar", dijo Louis Lanzerotti, experto en vientos solares y uno de los responsables de la puesta a punto de las sondas.
Situada a más de doce mil millones de kilómetros de la Tierra, Voyager 1 es la sonda más distante de nuestro planeta que sigue transmitiendo información, y lo hace desde una región donde la influencia del Sol alcanza sus límites.
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En esta zona, las partículas eléctricas proyectadas por el Sol, mejor conocidas como viento solar, se encuentran con gas y polvo ionizados del espacio intersideral, provocando la aparición de ondas de choque.
Los investigadores constataron que la región de esta onda de choque parecía en expansión, lo cual corresponde a un recrudecimiento de las erupciones solares.
Este descubrimiento permite, a su juicio, postular que la heliosfera es una entidad dinámica, que conoce una expansión y una contracción en función del propio ciclo de actividad solar, cuya duración es de 11 años.