El centroizquierdista Aníbal Ibarra, apoyado  por el presidente Néstor Kirchner, logró este domingo su reelección como  alcalde de la capital argentina frente al neoliberal Mauricio Macri, quien  había reconocido su derrota antes de que se difundieran datos oficiales.

Ibarra obtenía el 53,31% de los votos, contra el 46,69% del millonario  empresario Macri, al ser escrutadas la mitad de las 6.744 mesas electorales, lo  que constituye una tendencia irreversible.

Menos de dos horas después del cierre de la votación, a las 18h00 locales  (21h00 GMT), y cuando aún no se había difundido ningún dato oficial, Macri  admitió sorpresivamente que "realizamos un muestreo testigo que da una  tendencia irreversible en favor de Ibarra", actual intendente porteño.

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Luego de que Macri reconociera su derrota, Ibarra afirmó ante centenares de  seguidores que logró su reelección como alcalde de la capital argentina por una  diferencia "mucho mayor de la que preveíamos".

Ibarra, de 45 años, dijo que recibió un llamado de felicitación de Kirchner  y señaló que seguirá trabajando junto al mandatario porque "conformamos un  mismo horizonte político para la capital federal y para Argentina".

Kirchner apoyó en la capital argentina a un no peronista pero que tiene una  proyecto similar de país de carácter progresista que busca priorizar una mayor  presencia del estado, en contra del modelo neoliberal que preconiza Macri,  presidente del club Boca Juniors y cuya familia es una de las más ricas del  país.

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El jefe de Estado, quien asumió el 25 de mayo pasado, dice que pretende  enterrar el modelo neoliberal que había impuesto en los años 90 el entonces  presidente Carlos Menem (1989-99).

En sus primeras declaraciones tras una jornada electoral en cinco  distritos, cuyos resultados afianzaron su poder, Kirchner reafirmó al Canal  América TV que "el camino es un proyecto nacional, popular y progresista".

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Al reconocer su revés, Macri aseguró que se enfrentó a "un inmenso aparato  político que no dudó en mentir y agraviar", al referirse a las denuncias de  corrupción contra el poderoso grupo económico familiar, y destacó el hecho de  que lo votaron "casi la mitad de los porteños".

Se trata de un hecho inédito en la política argentina de que un candidato  admita su caída sin contar con datos oficiales, sólo con un muestreo propio de  varias mesas electorales.

Los porteños no atendieron la exhortación del trotskista Luis Zamora,  tercero en la primera vuelta del 24 de agosto con el 12% de los votos, al  registrarse sólo un 5% de llamados sufragios negativos (en blanco, nulos e  impugnados).

Ello favoreció a Ibarra que logró aglutinar el voto progresista que se  presentó disperso en el primer turno de la capital federal.

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Muy seguro de su victoria, Ibarra se proclamó ganador dos minutos después  de cerrada la votación.

Se trata del primer balotaje que se celebra en la Capital y culmina la  primera vuelta realizada el 24 de agosto en la cual Macri ganó con el 36,44% de  los votos, contra 32,50% de Ibarra.