El experto en pasillos Marco Medina Ron se sorprendió el pasado 4 de junio cuando los guardias del cementerio le comentaron que los restos de Julio Jaramillo ya no estaban en la bóveda donde cada año acuden decenas de fanáticos y allegados al artista cuando recuerdan su nacimiento y muerte.

“Yo acudí a visitar la tumba del cantante con el propósito de tomar las medidas del vidrio de la lápida de JJ que desde meses se había roto”, recuerda.

También le sorprendió que no hayan informado sobre el traslado.

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Hugo Delgado Cepeda, historiador y quien tiene gusto por los pasillos, indicó que siempre se buscó un nuevo sitio donde reposen los restos del artista, pues “un cantante de su categoría no merecía estar en una bóveda simple”.