Cuando su hija de 14 años le dijo que tenía enamorado, Isabel Ceballos sintió “preocupación y temor” por su pequeña. “La verdad es que no la veía que a tan temprana edad me la estén besando y acariciando”, recuerda Isabel.

Al comienzo sintió cierto dolor por su pequeña, incluso su esposo se opuso, pero “había que tomar las cosas con tranquilidad, no podíamos recriminarla, había que aceptar esa relación”, señala.

Isabel cuenta que el mismo día que su hija le dijo que “se había amarrado”, ella llevó al chico a la casa para que lo  conozcan.

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“Hoy tiene siete meses con su enamorado y siempre ella me conversa sobre su relación, sus amigos y amigas; es bueno que los padres tengan comunicación directa con sus hijos”, recomienda.

“Uno no puede ponerse a discutir con ellos (hijos) porque se distancia, no puedo permitir que el mejor amigo de mi hija sea una extraña o extraño”, refiere.

Destaca, además, que los padres deben preocuparse por conocer a los familiares del enamorado (a).