El ex vicepresidente Al Gore habría sido un formidable candidato en las elecciones primarias del Partido Demócrata, mantienen públicamente muchos analistas, pero su decisión de no postularse a los comicios presidenciales del 2004 ayudará al partido en la contienda contra el presidente George W. Bush, reconocen en privado.

Muchos demócratas, tanto a nivel de votante como en las esferas directivas del partido, no deseaban ver una revancha Bush vs. Gore.

Habría sido el más fácil de los nuestros para que lo derrotara Bush, reconoció Gale Kaufman, estratega del partido en California.

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En casi 24 entrevistas después de que Gore anunciara el domingo por la noche su retirada de la liza presidencial, los demócratas proclamaron, al menos en público, que su partido perdió uno de sus mejores candidatos. Sin embargo muchos de ellos respiraron con alivio en privado y vieron nuevas oportunidades de recuperar la Casa Blanca.

Al anunciar su decisión, Gore dijo el domingo por la noche que cuenta con la energía y el deseo para postularse a presidente, aunque opinó que un desempate con Bush habría centrado la contienda en el pasado, no en el futuro del país.

Hay muchas personas en el Partido Demócrata que quedaron agotadas con los comicios del 2000, reconoció el ex vicepresidente a la cadena de televisión CBS.

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Muchos activistas demócratas se opusieron abiertamente a la postulación de Gore, y mencionan las oportunidades desperdiciadas en la campaña electoral del 2000, cuando tenía la ventaja de ser el vicepresidente y una economía pujante.

El candidato demócrata más beneficiado con la decisión de Gore es su ex compañero de fórmula y senador Joe Lieberman, que prometió no desafiar a Gore por la postulación del partido. Se espera que anunciará pronto su candidatura.

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El senador de Massachusetts John Kerry, que junto con el gobernador saliente de Vermont Howard Dean anunció ya su candidatura y ha formulado planes electorales, podría beneficiarse durante poco tiempo de esta situación, cuando el número de posibles candidatos es reducido.

El senador de Carolina del Norte John Edwards, que dio a entender que se postulará, es mencionado como posible candidato por varios activistas, aunque su popularidad en los sondeos es muy baja.

En el ala izquierda del partido, la retirada de Gore beneficia al representante de Misurí Dick Gephardt, aliado de los sindicatos.

El líder de la próxima minoría demócrata en el Senado, Tom Daschle, de Dakota del Sur, probablemente anunciará sus planes el próximo mes, aunque las victorias obtenidas en noviembre por los republicanos han perjudicado las posibilidades tanto de Gephardt como Daschle.

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Otros candidatos menos conocidos que podrían postularse, y que han sido automáticamente beneficiados con la retirada de Gore son el general retirado Wesley Clark y los senadores Joe Biden, de Delaware y Christopher Dodd, de Connecticut.

Pese a las negativas de Gore, algunos demócratas creen que se postulará nuevamente a la candidatura presidencial, quizá en el 2008 cuando la senadora de Nueva York Hillary Rodham Clinton podría intentarlo. Y, el abandono de la liza presidencial en el 2004 quizá sea la mejor forma de cambiar su imagen política, sostienen esos incondicionales del partido.