Salvador Capitano está de vuelta en Ecuador, a donde llegó por primera vez en 1992, para dirigir a Emelec, con el que se coronó en 1993. Ahora no arriba como técnico ­como adiestrador se siente en su “mejor faceta”, indicó­ sino para presentar su primer libro de fútbol, al que califica como una obra “de conceptos”. En diálogo con este Diario agregó que en su obra “no van a encontrar dibujos, ni canchitas, ni nada que se le parezca. Es una filosofía de entrenamiento y juego”. El Toto, que hizo historia al coronarse también con Barcelona (1995), hizo un lanzamiento en Guayaquil.

¿Por qué decidió presentar su libro Funcionamiento aquí?
Tras presentarlo en Argentina, dije que el segundo lugar donde lanzaría el libro sería Ecuador porque Jorge Solari, Juan Rossi y yo, tuvimos una parte de nuestras carreras aquí, donde nos fue bien. El libro comparte experiencias vividas en las tres etapas que hemos pasado en el fútbol: la tradicional, de las décadas del 70 y 80; luego se pasó al físico-técnico, de espacios reducidos, entre 1990 y 2000; y lo que ahora llamamos funcionamiento; hacemos ahí que la práctica se parezca a la realidad del partido.

¿Ahora está enfocado en el fútbol formativo?
Hace poco estuve en el torneo federal A, en Argentina, y cuando dejo de trabajar profesionalmente siempre estoy en nuestro club (Renato Cesarini, en Rosario). No dejo de trabajar nunca.

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¿Quiénes aportan con sus criterios en su libro?
Tiene el prólogo escrito por Gerardo Martino (actual DT de Argentina) y el epílogo lo hizo Fernando Redondo (exfutbolista celeste), pero también participan Marcelo Pepo Morales, Carlos Alfaro Moreno, un médico, el árbitro Sergio Pezzotta, un periodista. Opinan con base en lo que conocen de nuestro trabajo.

¿Tuvo la oportunidad de saludar a Alfaro y a José Cevallos, quienes ganaron las elecciones de Barcelona?
Estuve con ellos en la presentación del libro (el miércoles pasado). También fueron exjugadores como Julio César Rosero, Fricson George, Jimmy Montanero, Joe Vargas, Claudio Alcívar, Iván Hurtado, Vidal Pachito, Luis Capurro, Kléber Fajardo. Eso era lo que más quería, que ellos estén, porque conocen nuestra idea.

¿Qué opina de que Cevallos y Alfaro dirijan a Barcelona?
Está muy bien. Ellos son exfutbolistas. Alfaro ya tiene la experiencia con su escuela de fútbol; lo escuché hablar de su plan y me parece perfecto. Ahora eso hay que ejecutarlo. Les recomiendo, porque los quiero, que se rodeen de gente que sepa del tema. Primero hay que ver a las menores y valorar al equipo principal.

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Yo recuerdo que en la época que ellos estuvieron conmigo (como DT torero), en más de 100 y pico de juegos que dirigí, perdimos solo uno de locales. Hoy cualquier rival va al Monumental y se le planta para ganarle. Esa personalidad que había en ese equipo de 1995, cuando fuimos campeones, 1996 y 1997, en 2002 -cuando volví- es lo que debe florecer nuevamente.

¿Qué les aconsejaría?
Que elijan al mejor (DT), no por amistad o quedar bien. Confío en el armado de un primer equipo y en que se van a preocupar por las inferiores. Sé que en Barcelona no hay tiempo, pero les aconsejo a los hinchas que dejen trabajar a la dirigencia. Sé que les van a pedir ser campeones el próximo año, pero hay que apostar por armar un buen equipo e intentarlo. Ellos (Cevallos y Alfaro) deben ver la vereda de enfrente: Emelec. Ahí hay la continuidad de un plantel, dirigentes que tienen la capacidad de armar un gran equipo, como Nassib Neme. Alfaro me dijo que Nassib lo llamó para felicitarlo. Barcelona tiene dónde mirar, claro que el orgullo de ser barcelonistas no les permite admitirlo así, pero yo sí lo puedo decir. Pero ellos también debe tener su propia filosofía, crear una identidad en Barcelona y el día que les toque irse puedan dejar un equipo con identidad.

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¿Ha ofrecido su aporte para el proyecto de Cevallos?
Yo no ofrezco nada. Cevallos y más Alfaro, porque me ha traído a dar charlas en sus escuelas, saben que lo que hacemos es bueno. A mi edad (60) no puedo ofrecerme a ningún club. Me siento en la mejor faceta como técnico, es una etapa la que tengo las cosas más claras. Lo digo no solo pensando en Barcelona, me siento capacitado para dirigir cualquier equipo, grande o chico, lo importante es llegar con un proyecto.

¿Le gustaría participar en el proyecto amarillo?
Me gusta estar donde hay orden, donde hay proyecto.

Desde Argentina dice que está pendiente de Emelec, ¿cómo analiza la actualidad de su exequipo?
Emelec ha acostumbrado a su gente, en las últimas cinco temporadas, a estar en los primeros puestos y cuando viene un bajoncito ¬como ahora¬, ya le gente comienza a ponerse nerviosa, pero no tiene que ser así. Emelec está en buenas manos en la parte del cuerpo técnico y en a dirigencia también.

¿Desea volver a ser DT aquí?
Sí, y mucho. Ahora estoy sin trabajo. Me llamaron de Chile, también me llamaron de Uruguay, pero dije que no; lo de Chile hay que pensarlo. Si me llaman de acá, bienvenido sea. Yo amo este país, soy un guayaquileño más, a mí me identifican con Guayaquil.

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¿Y usted se identifica con Barcelona o con Emelec?
Con los dos. La gente tiene un gran respeto hacia mí. No fue sencillo sacar campeón a los dos. Lo que me salvó es haber logrado esos títulos, y se lo consiguió con una generación de jugadores espectaculares. Tuve la suerte de dirigir en Emelec a Capurro, Fajardo, Iván Hurtado, Ángel Fernández, Enrique Verduga;

a Rosero, Montanero, Manuel Uquillas, Cevallos, Alfaro, Alcívar, Luis Gómez, Héctor Carabalí, en Barcelona. Con todos ellos mantengo una relación de amistad. En Emelec salimos campeones en 1993; en Barcelona en 1995 y clasificamos a la Copa. En 1996 llegamos a cuartos de final de la Copa Libertadores, en el 1997 ganamos la primera etapa y el punto de bonificación que luego lo hizo campeón; en 2002 también ganamos la primera etapa, es decir, me fue de maravilla como DT en los dos lados. (D)